ESTILO

la correspondencia comercial debe ser de estilo sencillo, es decir, desprovista de frases rebuscadas que pretendan hacer literatura.

El estilo sobrio, términos apropiados a la naturaleza del asunto a que se refiere y también a la categoría de persona a quien se derige- (no puede emplearse el mismo lenguaje con un alto funcionario o un gerente de un establecimiento que con un fabricante de zapatos).

Unicamente es posible alcanzar el objeto perseguido en las cartas escrítas con criterio moderno mediante el empleo de frases que, no obstante la sencillez de sus palabras, sean de buen gusto y de párrafos exactos, medidos, de manera claramente, y que hacen un todo equilibrado, es decir, que llenan fielmente su cometido, pues no caen ni en el mercantilismo crudo ni en la elegancia altanera.